“Diseño” y “Puente” son dos palabras que, aunque hoy pueda parecer extraño, tradicionalmente han pertenecido a ámbitos profesionales diferentes. Para los ingenieros, los puentes se proyectaban, no se diseñaban. Para los diseñadores, los puentes eran elementos ajenos al mundo del diseño, más centrado en entidades de una escala menor o en disciplinas más próximas a las Bellas Artes. No obstante, actualmente resulta evidente que la asociación simbiótica del diseño y la ingeniería produce puentes de calidad superior y favorece la percepción que la ciudadanía tiene de unas obras que, en muchos casos, forman parte de su vida cotidiana.
En esta mesa redonda ingenieros y diseñadores hablarán de todo ello y de cómo un puente bien proyectado, si además está bien diseñado no solo cumplirá su función sin poner en peligro la vida de los usuarios, sino que podrá incluso hacer que estos mismos usuarios disfruten de la experiencia de utilizarlo u observarlo.